Gerardo Rueda Salaberry (Madria, 23 de mayo de 1926 – 25 de mayo de 1996) fue un
pintor y escultor español, relacionado con la historia de la pintura abstracta española del siglo XX. Fundó el Museo de Arte abstracto español de Cuenca, junto con Fernando Zóbel y Gustavo Torner.
En Madrid cursa sus primeros estudios,
gran parte de los cuales los realiza en el Liceo Francés. Rueda recibe, en los
años cuarenta, clases de pintura con Ángel Mínguez pintor de historia. En esa
década el artista realiza diversos cuadros del Jardín de Villa San Juan, en San
Rafael (Segovia). Durante el año 1943 copia en un pequeño cuaderno de dibujo
numerosos cuadros cubistas, que ejercen en él una profunda impresión.
Realiza algunos collages con el tema del
bodegón, también de inspiración cubista, y prosigue con la pintura de paisajes.
También toma apuntes de la figura humana. Las visiones paisajísticas centran el
interés en edificios, agrupaciones urbanas y volúmenes de casas. En 1949
realiza estudios de Derecho en tanto prosigue con la labor pictórica. Primera
exposición colectiva del artista, “Fin de temporada” en la Galería de la
Revista de Occidente de Madrid.
Sus primeros collages datan de 1953 y son
realizados con materiales diversos (cuero, papel, textil, etc.). En ellos aúna
la presencia del collage y el dibujo a lápiz.
Gerardo
Rueda convierte la práctica del collage en
un laboratorio experimental donde, con herramientas y materiales distintos a
los pinceles y pigmentos logra realizar una pintura pura sin pintura.
Organizadas
en base a cuestiones técnicas y estéticas, más que cronológicas, desde sus
primeras composiciones en las que combina papel de color y tinta china -donde
el papel actúa como un color más y “el dibujo ayuda a enlazar lo disperso”.
Conoce la
técnica y las propuestas vanguardistas referidas al collage, pero enseguida
consigue superar las limitaciones del constructivismo histórico para lograr una
armonía constructiva. Su propósito es convertir el papel pintado en medio
pictórico. De los papeles de color, cortados según formas irregulares o
desgarrados, saca partido estético y compositivo, al aprovechar la indefinición
de los límites de texturas y juegos cromáticos. Además, introduce la noción de
dimensión y asume sus cualidades matéricas, al buscar efectos lumínicos o de
opacidad en la superposición. Cuando emplea sobres, invitaciones o recortes de
periódicos, insiste en la esencia compositiva y constructiva del collage, y
juega con las palabras y los textos impresos, lo que genera obras en las que
expande la categoría del collage hacia la creación poética visual.
El trabajo de Gerardo
Rueda con el collage constituye un referente para elaborar la historia de una
práctica artística que exige, desde su tierra de nadie, nuevas aproximaciones
metodológicas y estudios de casos particulares. El volumen recorre sus diversas
aproximaciones a la técnica, con ensayos dedicados a su trabajo con papel de
seda o con el objeto encontrado, así como al sentido constructivo que muestran,
al enlace con la obra pictórica o al papel de la ironía. Contiene una
entrevista con el artista a propósito del collage y un apéndice con su
cronología y escritos de y sobre Gerardo Rueda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario